Es luz azul mi corazón de entrega
en la penumbra de esta letra que despierta sorprendida
viendo sangrar raíces de un árbol hacia el cielo
follaje en verso tembloroso entre mis dedos
Yemas nocturnas de mis ramas secas
que aún florecen en amargos pétalos
bajo esta luna quieta de arrayanes
afiebrada de un pasado incierto
No invoques a mis besos, ¡duermen!
allí, bajo la umbra del olvido
ni llames a mis caricias tiernas
porque han muerto con tu fría indiferencia
Tú, espada que segó mis argumentos
sequía que dejó mi tierra yerma
no me pidas el viento del incendio
porque el sol no ha de morir de piedra
Tienes aquí, dos lágrimas de ópalo
porque eres ave de cenizas, que se eleva
y un soplo mío te hace aire del recuerdo
que huele a olvido, siendo el peor destierro
Soy nave que adora la ribera
de un mar de sentimientos verdaderos
y para ti no tengo un triste cabo
que pueda amarrar tu ser perverso
Vete a la luna, a Marte o al infierno
o donde quepa tu esencia destructora
y bébete solo tu cinismo oscuro
que sola quiero abrevar serena de mi copa
María Inés
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